Desde 1890, la cerveza Mahou ha sido y es un símbolo de modernidad, un punto de encuentro social que une a parejas, amigos, compañeros y familiares. Uno de los hijos, Alfredo Mahou y Solana, eligió el número 29 de la calle Amaniel, para instalar la primera fábrica de cervezas Mahou: la fábrica de Hielo y Cervezas.
La fábrica Mahou situada en el popular barrio Chamberí comenzó a funcionar el 1 de febrero de 1891. Para el año 1928 ya contaba con un despliegue tecnológico de maquinaria puntera para la fabricación de cerveza: compresores frigoríficos para el malteado de la cebada, una sala de cocción Ziemman y un tostador de dos pisos. Se dotó a la fábrica de ingredientes y métodos de distribución muy innovadores hasta la fecha en el sector. Uno de los periodos más prósperos para la cerveza española y la compañía fue el intervalo de entre 1900 a 1930, décadas en las que la ciudad de Madrid se expande y pasa a considerarse una metrópoli que duplica su población. Durante los años de la posguerra, Mahou y en general el sector de la cerveza sufrirá un tiempo crítico que remontará posteriormente hasta finales del siglo XX.
Amaniel se convirtió en uno de los lugares populares y más frecuentados por los ciudadanos entre los años 1952 y 1954. Como su director era uno de los precursores de la fotografía, se creó un estudio de fotografía en el que continuamente se innovaba en las técnicas de producción. El estudio llegó a considerarse uno de los puntos de encuentro principales en Madrid, pues se estima que varios negocios y actividades se celebraban en el mismo espacio.
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